Cuando Lyndon B. Johnson asumió la presidencia en 1963, quería que Estados Unidos se convirtiera en una “Gran Sociedad” con derecho a voto para todos y el fin de la discriminación y la pobreza.
“Con su coraje, su compasión y su deseo, construiremos una Gran Sociedad”, dijo Johnson a los estudiantes de la Universidad de Ohio cuando lanzó la iniciativa. “Una sociedad en la que ningún niño se quede sin alimentar y ningún joven sin ir a la escuela”.
La atención médica fue un elemento central de su visión para una Gran Sociedad. Los dos programas de salud que puso en marcha, Medicare y Medicaid, no ofrecen la cobertura universal que ofrecen muchos países, pero sí promovieron la atención médica como un derecho y no sólo como un privilegio para los ricos.
En nuestros días, Medicare y Medicaid otorgan tranquilidad a 150 millones de personas mayores, de bajos ingresos y discapacitados. Proporcionan atención médica al mayor grupo de personas en los Estados Unidos.
Pero durante décadas, las compañías de seguros privadas han intentado socavar los programas de salúd pública para aumentar sus beneficios. Si Donald Trump llega a la presidencia, se lo quitarán todo. Cuando eso ocurra, todos perderemos, mientras que las grandes empresas y sus ejecutivos ganarán, a costa nuestra.
Durante décadas, Medicare estuvo a cargo del gobierno federal. Sin embargo, en 1997, los republicanos en el Congreso invitaron a las aseguradoras privadas a administrar estos planes.
Actualmente, las compañías privadas administran más de la mitad de todas las pólizas de Medicare. Según el Proyecto 2025, el plan conservador para la próxima administración de Trump, el seguro privado se convertirá en la opción predeterminada para todas las nuevas inscripciones, lo que conducirá a una privatización completa.
Estos planes privados, ahora llamados “Medicare Advantage”, ofrecen menos a los pacientes y cobran más a todos los que contribuimos al bien público con nuestros impuestos. A las empresas privadas como UnitedHealth, el mayor proveedor de Medicare Advantage, les encanta obtener ingresos garantizados por nuestros impuestos, mientras demoran y rechazan las reclamaciones de seguro para aumentar sus ganancias. Si el plan de Trump entra en vigor, se espera que el número de pólizas de Medicare Advantage controladas por UnitedHealth alcance los 15,6 millones.
La vicepresidenta Kamala Harris acaba de anunciar su plan de ampliar la cobertura de Medicare para ayudar a cubrir los costos de la atención médica domiciliaria para las personas mayores. Esto ayudará a uno de cada cuatro estadounidenses que cuida a un miembro mayor de su familia.
Harris financiará su plan ampliando la capacidad de Medicare para negociar con los fabricantes de medicamentos para reducir los costos. Gracias a la Ley de Reducción de la Inflación (IRA) aprobada por el presidente Biden, el gobierno federal ahora tiene el poder de exigir y conseguir precios más bajos para los medicamentos.
La administración de Biden y Harris ya ha logrado reducir los precios de los medicamentos para la diabetes y las enfermedades cardíacas hasta en un 79 por ciento, y ha limitado el precio de la insulina a 35 dólares. Estos cambios ahorrarán a los contribuyentes 6.000 millones de dólares al año, y usted y yo ahorraremos 1.500 millones de dólares cada año en nuestros gastos de bolsillo. Como presidenta, Harris negociará aún más ahorros de costos, lo que se traducirá en más atención para familias como las nuestras.
Para mí, esta es la ventaja de tener a Kamala Harris como nuestra próxima presidenta. Trump pasó sus cuatro años como presidente tratando de quitarles cobertura médica a 45 millones de personas, al acabar con la Affordable Care Act implementado por el presidente Obama. El único plan que tiene Trump para la atención médica en un segundo mandato es privatizarla.
Harris tiene un historial real de trabajar para mejorar nuestra salud, y se ha comprometido a hacer aún más si es elegida, por eso tiene mi voto.